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“SIEMPRE DESEAMOS QUE ESTE DÍA NOS PASE RÁPIDO”
Coincidimos en esta tierra del primer mundo en un nuevo aniversario de aquel nefasto 11 de Setiembre cuando literalmente desaparecieron las Torres Gemelas del barrio de Manhattan neoyorquino. Y coincidimos para comprobar “face to face” que ya no hay miedo ni indignación como en los años anteriores según ellos mismos nos lo comentan. Porque lo que sí salta a la vista es una pena encapsulada en la mayoría de los habitantes de esta parte del mundo, sean naturales o inmigrantes, y que se vomita al exterior en cada llegada de un nuevo 11 S.
Un descargar de tanta tensión acumulada que la misma fecha se encarga de generar y que induce a un sentimiento de angustia generalizado deseando que el día pase lo más rápido posible….”Y si no existiese en el almanaque mejor aún” …tal cual las expresiones que pudimos recoger.
De allí que nos tocó compartir un día diferente con una población acostumbrada al buen vivir, a la seguridad y a una previsibilidad que como argentinos podría generarnos cierto aburrimiento.
Un antes y un después de la fatídica fecha para la nación más poderosas del mundo a la que inesperadamente la vulneraron en donde más le duele. Un dolor que, hoy por hoy, el común de sus habitantes cuando llega esta parte del año solo calma rogando que la jornada pase lo más rápido posible.
