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Hace poco más de un siglo, al este de la provincia de Córdoba, un ojo de agua o aguada era testigo del descanso de los viajeros. El lugar estaba poblado de molles -un árbol autóctono de la región que posee hojas estilizadas- donde acampaban los arrieros.
Cerca de allí, en 1902, comenzaron a construirse las líneas ferroviarias de la Compañía Francesa de los Ferrocarriles de la Provincia de Santa Fe para transportar pasajeros y productos agrícolas.
Por entonces, el lugar pertenecía a Don Bartolomé Firpo, quien donó los terrenos necesarios en forma definitiva a la compañía. Estación Pozo del Molle fue el nombre que recibió la parada y el pueblo que se constituyó a su vera, en referencia al antiguo lugar de descanso. (Aunque documentos encontrados recientemente indican que, por lo menos, durante un corto lapso de tiempo, el pueblo habría llevado el nombre de Firpo).
Los documentos oficiales cuentan que en mayo de 1903 empezó la construcción del edificio de la estación (actual museo), para ser inaugurada el 4 de abril de 1904, al pasar el primer tren de pasajeros y carga de San Francisco a Villa María.
El pueblo, por su lado, tendría su día el 8 de septiembre, fecha designada en homenaje al Inmaculado Corazón de María (entronizado recién en 1914. Diez años después) y al Día del Agricultor (posiblemente un festejo muy anterior en toda la región, donde los colonos agradecían las lluvias de la epoca de cultivo).
En síntesis, como reza el dicho: El Tren Pasa Una Sola Vez y fue el 04/04/04. Jugale si te gusta.
