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FM TOP Pozo del Molle

LVF: CUARTOS DE FINAL – ¡SALE Y VALE!

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[Escribe: Juan Manuel Gorno] “Quico” Servetti, gran figura, festejó dos veces en los primeros dos minutos y marcó otro más en el primer tiempo para darle una clasificación histórica a Playosa, que eliminó con el 3-0 a Sportivo Pozo del Molle. Más de mil personas coparon la “Casa Blanca”.
En apenas dos minutos, Sportivo Playosa salió a “matar” a Sportivo Pozo del Molle con el hombre que considera su “as de espada”, revirtió la serie de arranque y terminó goleando 3 a 0 para desatar una fiesta multitudinaria, siempre con Servetti en la cresta de la ola y erigido como “el hombre” del domingo, sin discusiones.
Más de mil personas atestiguaron la tarde magnífica del diez, que no fue otra que la tarde magnífica de todo el equipo conducido por Germán Vicario.
Tal vez nada hubiese sido igual si la euforia no se desataba en el inicio mismo del partido.
Al minuto de juego, el diez del “Albo” rompió la defensa rival con un pique, habilitado por Diego Gabetta, entonces quedó solo, eludió al arquero y la empujó al gol. En la desesperación por sacarla, Carlos Carrera la tocó con la mano, pero antes de la sanción del penal, Fabricio Gerbaldo la metió en contra.
El árbitro, Cristian Rivadera, finalmente le dio el gol a Servetti, que salió a celebrar con los suyos y embaló a todo Playosa, poniéndolo de pie.
Sportivo Pozo del Molle, que había ganado 2-1 en la ida, sintió el impacto tan fuerte que ni siquiera ordenó su cabeza y mucho menos su defensa.
En la jugada siguiente, a los 2 minutos, una acción de Claudio Andrada y un regalo mollense volvió a poner a Servetti de cara al gol. Y “Quico” mostró nuevamente su calidad, encarando por derecha para rematar cruzado y establecer el 2-0. Y así, con dos instantáneas imágenes en el amanecer del partido, el pasaje a las semifinales cambió de mano en una serie que se presumía muy pareja.
El semblante de los dos equipos fue totalmente distinto. Los de Vicario se dedicaron a mantener la concentración en la recuperación de la pelota, neutralizando a los jugadores que podían lastimar en el equipo de Sánchez.
La idea de no darle opción de pases a Daniel Ramírez, en la zona de gestación, fue tan eficaz como la de cortarle todos los caminos a Gustavo Rodríguez. Por eso el “Rojo” quedó aislado en algunos lugares de la cancha y careció de profundidad para levantar su imagen, más allá de extrañar al suspendido Nicolás Gayoso.
Sin embargo, lo más grave del conjunto visitante no fue solamente la falta de ideas para generar situaciones de riesgo, sino sus desatenciones defensivas, a veces marcando muy en línea con sus últimos cuatro hombres, y con timidez por parte del pibe Carrera para tomar a Servetti, que lo dejó desairado en cada avance.
En ese contexto, un dato curioso: un equipo que viene de ganar en la ida, recibe dos goles casi de contragolpe y en el inicio de la revancha. Un pecado futbolero.

Más del diez
Hubo un momento para el “Rojo” a los 28 minutos, cuando el “Pescadito” Rodríguez remató de tiro libre por encima de la barrera, pero la pelota salió besando el palo derecho del arco defendido por Fabricio Garetto.
De ahí en más, el visitante tardó en pisar el área rival, mientras Playosa intentó siempre de ser expeditivo en defensa y prolijo en el medio, con un Gabetta importante para abastecer a Servetti y Andrada.
La claridad conceptual del “Albo” le rindió rápidamente más frutos: a los 37’, Servetti –siempre con libertad para complicar desde afuera con diagonales– se encontró en el área, por izquierda, y le tiró una nueva gambeta a Maggi, que lo bajó con un manotazo, cometiéndole penal.
Para completar el trío de goles, “Quico” definió fuerte desde los doce pasos y amplió el marcador para aumentar la fiesta en la tribuna de cemento, con los hinchas cantando “que de la mano de Vicario…”.
Antes del cierre de la primera etapa, Sportivo Pozo del Molle tuvo una oportunidad para descontar y el pibe Turaglio la desperdició, cayéndose en el área cuando se aprestaba a definir.
El DT Sánchez intentó modificar el panorama con los cambios en los primeros minutos del segundo tiempo y encontró más posesión con el ingreso de José Bollatti. No obstante, todo fue en vano porque Playosa se plantó bien en defensa, con buenas actuaciones individuales de los que “no tenían que complicarse”, entre ellos, el arquero Garetto.
Nervios, demoras, golpes y poco juego se vio en ese período final, cuando los mollenses fueron los que más intentaron y, sin embargo, las situaciones más claras fueron del “Albo”, por un remate en el travesaño de José Aimar y un tiro de emboquillada de Guillermo Piva, que salió apenas por arriba.
En los últimos minutos, sólo quedó tiempo para la salida de Servetti, cargado de aplausos y elogios, en una tarde que no fue absolutamente suya –por el sacrificio de sus compañeros–, pero que será recordada por él, más que por cualquiera.

Fuente y foto: El Diario del Centro del país.

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