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No todos los días seremos testigos privilegiados de una batalla deportiva con ribetes de alto dramatismo internacional como la de este domingo desgastante. Oficialmente, el partido más extenso en la historia de toda la Copa Davis en el mundo entero. Pero eso, lo del dramatismo, fue exactamente lo que ocurrió en las casi siete horas de juego en donde un jugador de ATP como Mayer batió a otro de Challenger como el brasilero Joao Souza. Un jugador, el visitante, que jugando bien, mal o regular fue un monumento al coraje por toda la carga de horas que arrastraba del viernes anterior. Ante un Mayer que se cansó de perder pelotas increíbles de drives , revés o voleas tal cual lo hace un principiante en los primeros días de su aprendizaje. Desaprovechando once match point porque su cabeza no le permitía cerrar un partido que debió ganar mucho antes ante un rival que estuvo por más de dos horas para el knockout. Además, mucha veces desganado, contrariado y peleando cara a cara con el público local o visitante.
Un partido para el recuerdo que fue tan emotivo e impredecible como rudimentario y de bajísimo nivel. Pero también, que hizo pasar por todos los estados anímicos a la multitud de uno y otro lado que lo vivió y sufrió como un verdadero superclásico.
Claro que, el exitismo permanente de nuestra sociedad, hizo el resto para que se piense otra cosa luego de la victoria del “Yacaré”. Que se convenza de que lo del correntino terminó siendo una proeza heroica cuando, para quienes manejan la objetividad y no le venden humo a la gente, fue todo lo contrario. Ello sin restarle la importancia y trascendencia como victoria en si para igualar una serie cuesta arriba y tener la chance de volver a los cuartos de final. Pero una cosa es convalidar lo matemático y otra muy distinta querer vender ello como una sólida victoria.
Ojalá, esta haya sido una falsa actuación de un jugador que en Praga 2013 y Estados Unidos 2014 disfrutamos por su fibra y concentración y manteniendo una confianza y autoestima hoy ausentes por completo. Porque para aspirar a cosas importantes junto a Del Potro deberá volver a convencernos que es el indiscutido single dos sin medias tintas. Ese que hoy, más allá del imprescindible hecho de la victoria, estuvo mucho más cerca de un villano deportivo que del héroe que muchos neófitos se dedican por estas horas a vender.
Quizás por todo ello y a pesar de la victoria, solo habló el capitán Orsanic en la conferencia de prensa posterior donde el supuesto “heroico vencedor” faltó extrañamente a la cita.
“FEDE” PUSO PROA A LA ILUSIÓN
Costaba volver a la gradas luego de tanto calor y emoción consumidos minutos antes. Pero ahí estaba ya el inicio del quinto y decisivo punto de la serie con el inédito debut del “Fede” Delbonis en singles ante la experiencia del zurdo Bellucci queriendo vengar la tristísima victoria anterior para la legión visitante.
Y fue sorpresa para muchos, no por ahora el set ganado rápidamente por el juvenil argentino hasta el parate por falta de luz, sino por el temple y seguridad con que jugó desde el inicio. Con personalidad para reducir rápidamente la solvencia de su experimentado rival y para convencerse que este lunes puede cerrar un triunfo inolvidable para el deporte nacional. Un duelo de zurdos aún abierto a toda posibilidad que extrañamente será motivo de atención en el mediodía del primer día hábil de la semana para que el dramatismo de este domingo inolvidable aún tenga visos de continuidad.
