0
0
Como era de prever, la sección nacional de tenis no tuvo inconvenientes en quedarse con los dos singles del día viernes en el semivacío estadio de Gdansk en Polonia.
A primera hora el bahiense Guido Pella tuvo un excelente debut más allá de los nervios lógicos de los primeros puntos. Nervios que se fueron diluyendo cuando el zurdo argentino soltó su brazo y comprobó que su rival estaba falto de ritmo para llevar el partido y derrotándolo sin ceder un solo set. Y a pesar de que el tercero fue a tie break, fue en la segunda manga cuando Pella tuvo alguna que otra dificultad para cerrar el 6/4 ante un Przysiezny que únicamente allí tuvo algunos atisbos de seguridad para encontrar su timing.
A posteriori, el “Yacaré” Mayer tampoco tuvo tantos problemas en despachar en sets corridos al entusiasta pero inexperto juvenil Houcard. Un jugador con innumerables errores no forzados que solo fue rival también en un segundo set en donde tuvo muy buenos servicios. Servicios que, ayudados por la rápida superficie, descontrolaron al correntino que no encontraba una devolución sólida para el momento. Pero solo se trató de eso, de momentos en donde no fluyó el conocido tenis copero de un Mayer que se siente cómodo en el equipo y que ya es una pieza fundamental para apostar a cosas importantes.
La Argentina a un paso de instalarse nuevamente en los cuartos de final del prestigioso grupo mundial y desde tierras extranjeras. Más allá del duro choque de un dobles sabatino en donde los polacos tienen algo más de experiencia y en el cual seguro fluirá el orgullo de la siempre asfixiante localía. Un dobles en donde el capitán Orsanic no solo parece apostar a la veteranía de “Charly” Berlock sino también al debut del rosarino Olivo para darle descanso a un Mayer al que lo reserva para el primer punto del domingo.
Una serie aún no definida pero que va camino a un lógico buen final para el bunker nacional así se cierre en el tercer día de competencia. Una serie que por ahora nos sonríe desde Polonia después de un par de singles que se ganaron casi sin despeinarse.
