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A pesar de las vacaciones y del descanso futbolero en nuestras zonas las durísimas acusaciones de Ricardo Maestri, Presidente de la Liga Regional, a Claudio Martinez su par de la Liga Villamariense, no pasaron inadvertidas para nadie. El mandamás de Balnearia, que además es el Tesorero de la Federación Cordobesa de Fútbol, le salió con los tapones de punta en algunos medios al villamariense. Palabras más, palabras menos Maestri manifestó que … “Martinez no tiene respeto por las instituciones ni por las jurisdicciones; Prefirió manejarse entre las sombras y evitar el diálogo y por ello Sportivo Pozo del Molle no intervendrá en los torneos de la Liga Villamariense como manifestó este señor que jamás se sentó a dialogar ni conmigo ni con las autoridades de nuestra Liga Regional”.
Números de por medio en el análisis de su participación en la categoría “B” de la Liga Regional, los dirigentes mollenses decidieron patear el tablero, mutar jurídicamente a otra institución que se llamará Sportivo Fútbol Club y participar de los aires villamarienses tanto en infantiles como en mayores. Dejando al rojo Sportivo tradicional quietito y sin abortar su relación con San Francisco pero renunciando por esta temporada a toda actividad deportiva y, obviamente, con toda su gente y esfuerzos abocados a la otra situación. A sabiendas incluso de sacrificar el clásico de los mollenses con sus pares de Fundación que sí seguirán con sus divisiones infanto juveniles por los dominios sanfrancisqueños con el nombre del club Dowdall.
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Todo un espinoso tema avalado por los hinchas y la masa societaria del rojo mollense de acuerdo a lo declarado por el colega Ariel Díaz, flamante Vicepresidente de la nueva institución, en algunos de mis espacios de la ciudad de Las Varillas.
Un tema que sin dudas pone en el tapete otro tipo de cuestiones mucho más profundas que la puntual circunstancia del presente y que ya venían madurando desde tiempo atrás. El de las distancias, los altísimos costos de participación, las distintas realidades de los clubes con o sin mutual y un cuarto interrogante eternamente planteado desde esta opinión: El jugar por algo que realmente valga más que un simple trofeo decorativo y por lo cual el incentivo este siempre latente en cada una de las temporadas. Y ese “algo que realmente valga la pena” no es otra cosa que la posibilidad y orgullo de representar a la Liga Regional en el Federal “C” con el irrestricto apoyo financiero y reglamentario del resto para por lo menos poder económicamente sortear las primeras instancias. Para que con ello “todos” puedan tener la opción de jugar esa contienda nacional ganada en buena ley, trocando de cabo a rabo la exigua estimulación del presente ya desde las mismísimas pretemporadas. Aún en esta nueva situación de categorización a la que se le debe dar la oportunidad de prueba y error y no matarla antes de tiempo hasta evaluar sus defectos, sus virtudes y su verdadera capacidad de continuidad.
Queriéndolo o no, la añeja institución del rojo mollense puso mucho más que un dedo en la llaga del espectro futbolístico regional. Porque pateó el tablero en pleno calor estival migrando todo su espíritu hacia otras latitudes pero dejando gran parte de su cuerpo en nuestra Liga Regional. Porque la localía por jurisdicción es otro espinoso tema no menor a resolver y en el cual la posición de Maestri habría sido lapidaria en cuanto a no permitirla. Otra escabrosa cuestión a resolver rápidamente que aún no se sabe dónde y como podrá terminar en estas próximas semanas.
Todo un delicado episodio de nuestro verano futbolero que puede o no generar un antes y un después en función de cómo se resuelva esta complicada circunstancia. Y que entre balas y durísimas posiciones encontradas y declaraciones por doquier tiene por ahora a dos inesperados “Sportivos” de nuestra apreciada localidad de por medio.
