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Triunfazo argentino por donde se lo mire, aun analizándolo desde el sentimiento y la emoción.Triunfazo argentino desde las matemáticas, desde la historia deportiva del rival y superando el estigma de todos los fantasmas todos. Esos fantasmas que tuvieron en vilo a miles de corazones en el estadio o en cualquier rincón del país enun día laborable y resistiendo como se pudo estas cuatro jornadas interminables .El mismo corazón gigante que tuvo el azuleñoDelbonis para poner de rodillas a un Brasil que tenía todo para ganar y festejar en rodeo ajeno. Sumándole a esa garra y corazón tan necesarios para esta Copalo que le falto a Mayer el domingo : tenis. Tenis de nivel, de alto nivel por momentos para levantar el tempranero set en contra del lunes y ganar con autoridad los dos siguientes.
Raro, muy raro en un deportista tan joven y debutando en singles con toda la presión jugando para un público local que repletó el estadio y solo quería la victoria. Con una pesada espada de Damocles para otros pero no para “Delbo” que la utilizó a su favor sin encoger el brazo en los momentos críticos del match. Que fueron muchos y variados atento al muy buen nivel de un Bellucci que no desentonó y junto al argentino redondearon un excelente espectáculo en el caluroso mediodía porteño.
No fue una serie más sino todo lo contrario. Con cambios en el seleccionado y sus líderes, en la dirigencia y hasta en el entorno político infaltable en toda ocasión. Pero sin cambios en el cariño de la gente para un deporte hace ya tiempo muy popular y que ha logrado igualar en expectativas a otras disciplinas cuando de Copa Davis se trata.
Tirunfazo argentino y con la “yapa” del mejor tenista de la actualidad en el equipo rival para un Julio de cuartos de final que quisiéramos que ya estuviera a la vuelta de la esquina. Con el necesario y esperado retorno de Juan Martín Del Potro por si hiciera falta algún nuevo condimento para esta felicidad que hoy por hoy nos regala este deporte.
Triunfazo argentino cuando muchos no lo esperaban o por lo menos no en la manera en que se dio. Con mucho para corregir y mucho para mejorar a través de un certero diagnóstico en todo sentido para que podamos volver a estar con chances serias de campeonar. Pero mientras tanto, no viene nada mal sostener este festejo albiceleste a través de una alegría que por ahora “nao tem fin”.
